29-06-2022
Por: Conservación de Islas
Las islas de México contribuyen de una manera significativa a la megadiversidad en México. Esto se refleja claramente en las especies y subespecies de conejos y liebres (lepóridos) endémicos que en ellas habitan. De las 15 especies de liebres y conejos de nuestro país, nueve se encuentran distribuidas en doce islas en el Golfo de California y Pacífico Mexicano; de éstas, siete se encuentran en alguna categoría de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010 debido a su tamaño poblacional reducido y su distribución limitada (Lorenzo Monterrubio, 2020).
Actualmente, estas poblaciones de mamíferos, del orden de los lagomorfos, están en peligro por una amenaza que hoy en día nos es muy conocida: los virus. Cuando brotó la epidemia del nuevo coronavirus, otro virus de la familia de los calicivirus apareció también en nuestro territorio. Este virus causa la Enfermedad Hemorrágica Viral del Conejo tipo 2 (EHVC-2) que afecta exclusivamente a conejos, tanto domésticos como silvestres, y a liebres.
Este virus devastador para liebres y conejos no es nuevo para las autoridades, veterinarios y biólogos especializados en vida silvestre en México. En 1988, una variante de esta enfermedad, que únicamente afecta a los conejos domésticos, fue introducida y se erradicó en 1993 gracias a la respuesta rápida y coordinada entre las dependencias de gobierno a través de la Comisión México-Estados Unidos para la prevención de la Fiebre Aftosa y otras enfermedades exóticas de los animales (CPA por sus siglas en inglés) y a la operación del Sistema Nacional de Emergencias de Salud Animal encabezado por SENASICA (DOF, 1993; OIE, 2018).
La EHVC-2 es una enfermedad hemorrágica altamente transmisible y el virus que la causa es extremadamente resistente a temperaturas extremas (CFSPH, 2020). El porcentaje de letalidad es alto (70 y 80%) y afecta tanto a individuos adultos como jóvenes de 15 a 25 días de edad (CPA-SENASICA, 2020). Los lepóridos infectados mueren súbitamente, en un periodo de dos a tres días, por hemorragias internas a causa de una necrosis hepática, con manchas de sangre en la nariz. Entre los síntomas que presentan están la pérdida de apetito, fiebre, nerviosismo o respiración agitada (CFSPH, 2020).
Al ser un virus resistente a condiciones ambientales es fácilmente transmisible por diversas vías. Puede durar en cadáveres por tres meses, y estar presente en todas las secreciones, excreciones, sangre y tejidos de los conejos enfermos. Se propaga a través de contacto directo, o por exposición de los restos de los cadáveres, heces, moscas, consumo por depredadores terrestres, aves rapaces o carroñeras, egagrópilas o sitios de forrajeo contaminados (CFSPH, 2020). Las actividades antropogénicas también son vías importantes para su propagación, mediante equipo de campo, de cacería, vehículos, ropa y zapatos que han estado en contacto con individuos o sitios infectados. Es por ello, que las acciones de Bioseguridad Insular son fundamentales para contener la EHVC-2 y evitar su dispersión a zonas importantes para la conservación de los lepóridos mexicanos (CPA-SENASICA, 2020).
La EHVC-2 se registró por primera vez en México el 3 de abril de 2020 en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua por medio de la notificación de conejos domésticos que murieron súbitamente y con hemorragia nasal. El 17 abril del mismo año se confirmó con pruebas de laboratorio la reaparición de la EHVC y se inició con acuerdos de respuesta con la CPA. Una vez confirmado el brote y su rápida dispersión en estados del Noroeste, el 26 de junio se activó el Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (DINESA) para el control y en su caso erradicación de la EHVC-2 en Chihuahua y Sonora, así como para prevenir su diseminación dentro del territorio nacional (DOF, 2020).
El 30 de junio de 2020, se confirmó la presencia de la enfermedad en conejos domésticos en el Norte de México (DOF, 2020). En cuanto a animales silvestres, en esa misma fecha se encontraron 69 cadáveres en la región de Baja California y Sonora.
En las islas alrededor de estos Estados del país, la primera presencia de este virus se localizó en la isla Tiburón en febrero de 2021, la cual forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California en Sonora y que es Sitio Patrimonio de la Humanidad. El manejo de la isla se encuentra a cargo de la etnia Comcaác, que es el nombre en su propia lengua de la comunidad de los Seris. Este grupo maneja a la especie al borrego cimarrón con fines cinegéticos. Los Comcaác se han capacitado y entrenado en distintas metodologías de monitoreo biológico gracias al apoyo que les ha brindado la CONANP.
Este grupo considera la isla Tiburón como uno de sus lugares sagrados, la cual les ha pertenecido desde antes de la colonia, y para protegerla realizan recorridos para monitorear la isla y otras actividades, durante uno de ellos, encontraron cadáveres de liebres, lo que desató alarmas en todas las islas. El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) fue notificado y realizó pruebas en los cadáveres, lo que confirmó la presencia del EHVC-2.
Las autoridades de la CONANP convocaron a las dependencias locales como la Semarnat Sonora, investigadores de la UNAM que habían tenido proyectos con lepóridos en la isla, la SEMAR, SENASICA, el Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C. (GECI), entre otros. Estas reuniones contribuyeron para idear la estrategia para contener y erradicar esta amenaza para las liebres y conejos que habitan en las demás islas. El plan de bioseguridad para poder contener al EHVC-2 consistía en la esterilización de los visitantes y de los mismos Comcaác durante sus actividades de manejo y reforzar las actividades de bioseguridad para las otras islas.
A través del apoyo económico del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) el proyecto creció, y fue posible incluir a todas las islas con poblaciones de lepóridos del noroeste mexicano. Se incluyeron más actores tanto del gobierno, como de la sociedad civil para poder consolidar y ampliar el alcance de la estrategia planteada, entre ellos se invitó a las diferentes direcciones de las áreas naturales protegidas que tenían lepóridos en sus islas (CONANP) Semarnat, DGVS, SEMAR, OVIS, A.C., SENASICA y CPA. El aporte económico del FMCN permitió realizar reuniones mensuales para establecer la dispersión del virus tanto en continente como en los territorios insulares, proponer objetivos, comprar equipamiento y diseñar la estrategia para implementar las medidas de bioseguridad.
Durante este tiempo, en las islas de Espíritu Santo y La Partida localizadas en el mismo Golfo de California, pero a más de 450 km de distancia, un nuevo rastro de cadáveres con los mismos indicios de la presencia del virus se presentó, las autoridades del ANP tomaron cartas en el asunto al reforzar las medidas preventivas en muelles, como la desinfección de embarcaciones, calzado y pertenencias, así como realizar monitoreos constantes y difundir información sobre esta amenaza con los usuarias de las islas.
Para llevar a cabo las medidas de bioseguridad necesarias para tratar con esta nueva amenaza, durante el 2021, se impartieron talleres de capacitación para todos los guardaparques en doce islas pertenecientes a las ANP: Reserva de la Biosfera Islas del Pacífico de la Península de Baja California; Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California; Parque Nacional Bahía de Loreto y Reserva de la Biosfera Islas Marías. Además, se envió material y equipo para implementar correctamente las acciones de bioseguridad.
Este grupo de trabajo afinó la estrategia e implementó protocolos específicos para llevar a cabo las medidas de bioseguridad adecuadas para tratar con un virus. Se intensificó la desinfección de equipo especial para muestreo, así como en cada persona que viajaba a las islas. Se adaptaron las medidas de bioseguridad para cada isla, debido a que cada uno de los territorios insulares presenta diferentes dinámicas, tanto en el tipo de viajeros que recibe como en las actividades que en ellas se realizan.
Uno de los problemas que ha enfrentado este proyecto desde su inicio, fue la falta de conocimiento sobre el estado actual de las poblaciones de liebres y conejos en estos lugares remotos. La mayoría de los estudios poblacionales en estas especies tienen al menos diez años de antigüedad. Es por esto, que en las actividades en 2022 se están realizando monitoreos en las islas, el objetivo es determinar el estado de las poblaciones de liebres y conejos en las islas que rodean la península de Baja California.
La enfermedad actualmente se considera endémica en el territorio mexicano, lo que quiere decir, que el virus que causa la EHVC-2 no se logró erradicar y que se tiene que controlar. La palabra endémica en epidemiología tiene un significado diferente al usado en ecología. Endémico "se refiere a la constante presencia y/o habitual prevalencia de una enfermedad o un agente infeccioso en una población de un área geográfica". El que haya una enfermedad endémica no la hace incontrolable, hay ejemplos de este tipo de enfermedades entre los humanos, por ejemplo, el VIH y la malaria y actualmente el COVID, las medidas para poder vivir con ellos implican una serie de acciones y medidas para no contraerlo o dispersarlo, en el caso de la EHVC-2, la manera de combatirlo es seguir las medidas de bioseguridad insular implementadas en cada isla.
El virus que causa la EHVC-2 solo se ha encontrado hasta el momento en dos islas (Tiburón y Espíritu Santo) en el Golfo de California, pero su dispersión, como ya se mencionó, es muy fácil debido a su resistencia a las condiciones climáticas. Es por esta razón, que es muy importante la ayuda de los visitantes a las islas para evitar que el virus se disperse y poder detectarlo a tiempo. La mejor defensa contra este virus es la prevención y avisar a las autoridades cuando veamos algún cadáver, o algún conejo o liebre que presente los síntomas. Estos síntomas consisten en rigidez en el cuerpo, falta de coordinación y dificultad para respirar. El pronto aviso a los guardaparques o a las autoridades del Área Natural Protegida que visites podrá poner en estado de alerta a los especialistas en el tema para que puedan actuar a tiempo. También puedes usar la aplicación AVISE de SENASICA, que permite hasta registrar las coordenadas del hallazgo y transmite una alerta para poder tomar medidas adecuadas.
¡Así que ya sabes qué hacer, si visitas alguna isla y encuentras un cadáver de liebre o conejo o notas que alguno de estos pequeños mamíferos se comporta de manera extraña, notifica a las autoridades por alguno de estos dos medios! ¡Ayuda a cuidar la biodiversidad de las Islas de México!